Cómo avanza la construcción
El arranque se vio en mayo de 2024, cuando se empezaron a notar las primeras actividades, y para octubre del mismo año el buque ya estaba dando sus primeras vueltas de prueba en alta mar. Este calendario tan rápido es muestra de la habilidad de China para emprender proyectos navales complejos en tiempo récord. Con unas medidas aproximadas de 200 metros de eslora y 40 metros de manga, este portaaviones supone un verdadero hito en la ingeniería naval.
Las imágenes satelitales han dejado ver tres áreas diferenciadas en su diseño:
- una parte delantera que cuenta con un sistema tradicional de puente y mástil,
- una sección central que funciona como torre de control para operaciones aéreas
- una tercera torre cerca de la popa destinada a los sistemas de escape.
Además, la pista de aterrizaje claramente visible confirma su función como portaaviones.
Capacidades y objetivos estratégicos
El diseño tan elaborado apunta a poder llevar a cabo operaciones de alto nivel, con previsión para el empleo de helicópteros y drones armados. Estas características le darían a China una ventaja a la hora de operar en zonas clave como el Mar de China Meridional, permitiéndole lanzar aeronaves y drones con rapidez en cualquier misión que se plantee en el Indo-Pacífico.
El objetivo concreto del nuevo portaaviones sigue sin quedar del todo claro. Se barajan principalmente dos hipótesis: puede ser que entre en funcionamiento de forma directa por las fuerzas militares chinas o que sea un proyecto impulsado por la Corporación Estatal de Construcción Naval de China (CSSC) con fines que, aunque tienen matiz civil (por la ausencia de marcas militares en el casco), probablemente se orienten hacia lo militar.
Comparaciones y efectos en la región
Esta iniciativa se enmarca dentro de la tendencia de las grandes inversiones chinas en infraestructuras, como son también los enormes parques solares. Aunque a diferencia de otros proyectos que han tenido problemas para ponerse en marcha de forma operativa, este portaaviones parece haber sido concebido con un propósito muy definido desde el principio.
La aparición tan repentina y veloz del buque destaca la pujanza que se vive en el ámbito marítimo en aguas asiáticas, lo que podría provocar cambios en los equilibrios de la región Indo-Pacífico. Con una capacidad mayor para proyectar poder naval, China podría ver reforzados tanto sus intereses geopolíticos como los de sus vecinos en la zona.
El continuo desarrollo del sector marítimo chino no solo refleja sus ambiciones tecnológicas y estratégicas, sino también la determinación por afianzarse como una potencia dominante en varios ámbitos globales. Este nuevo portaaviones es, sin duda, un ejemplo más del empeño con el que el país se está orientando hacia la expansión militar y tecnológica.