Lo que hay que saber sobre el agua del grifo
El agua del grifo es la opción más fácil y rápida para muchos. Pero a la hora de usarla con un bonsái, hay que tener en cuenta algunos detalles. Para empezar, el pH del agua debe ser algo ácido, pues lo ideal es que esté entre 5,5 y 6,5 para adaptarse a lo que prefiere el bonsái. Además, la dureza del agua también suma puntos; si es dura, contiene altos niveles de calcio y magnesio, lo que puede generar acumulaciones no deseadas de sales en el sustrato. Por eso, se aconseja optar por agua blanda o, al menos, moderadamente dura.
Ventajas de regar con agua de lluvia
El agua de lluvia tiene muchas virtudes para el cuidado del bonsái. Viene con un pH neutro o un poco ácido, lo que le sienta muy bien a estas plantitas. Además, es naturalmente suave y no tiene las sales minerales que podrían frenar el crecimiento del bonsái. Un plus es que es gratis y ecológica, ya que forma parte del ciclo natural del agua. Eso sí, para usarla bien, lo mejor es recogerla en un recipiente limpio y dejarla reposar unas horas; así se depositan las impurezas en el fondo.
Otras opciones: agua desmineralizada y de ósmosis inversa
Si vives en una zona donde el agua del grifo es muy dura o su pH no se lleva bien con tus bonsáis, puedes darle una oportunidad al agua desmineralizada. Se trata de agua a la que se le han quitado las sales minerales. Otra opción es el agua de ósmosis inversa, que también se purifica mediante procesos especiales. Aunque estas alternativas pueden salir un poco más caras y, en ocasiones, no ser las más respetuosas con el ambiente, son de gran ayuda cuando la calidad del agua local deja mucho que desear.
Tips prácticos para un riego efectivo
Para que el riego vaya sobre ruedas, es conveniente seguir algunas pautas. Lo ideal es regar a fondo hasta que el agua empiece a salir por los orificios de drenaje de la maceta; esto garantiza que el sustrato se humedezca de forma pareja y se eviten zonas secas. También es importante ajustar la frecuencia del riego según el tamaño de la maceta, el tipo de sustrato y las condiciones del clima. Normalmente, el bonsái necesita agua cuando la capa superficial del sustrato empieza a secarse.
Evita regar el bonsái al sol directo o cuando el sustrato esté muy caliente, ya que eso puede provocar choques térmicos que no le hacen nada bueno. Lo óptimo es acudir a las horas más frescas del día.
Un buen riego no solo hace que el bonsái se vea mejor y florezca, sino que también le ayuda a resistir situaciones complicadas. Compartir anécdotas y consejos con otros aficionados a este arte milenario enriquece el aprendizaje, beneficiando tanto a los que se inician como a los expertos en el cuidado de estas maravillosas plantas.